“A decir verdad, este ensamblaje nació en Nekeas de forma casual. En 1993, terminada la vendimia y tras hacer los trasiegos después de la fermentación maloláctica, nos quedaban unos litros de tempranillo y otros de merlot que no podíamos “encajar” en ningún depósito por separado. Decidimos mezclarlos en uno de los recipientes y más tarde se vería el destino”
En los días siguientes, durante las catas rutinarias, observamos que la sinergia había sido espectacular, había aumentado la complejidad del vino, pero al mismo tiempo se había hecho tan atractivo que había una “peregrinación” de los todos los que conocían la existencia del depósito para probarlo cada día.
No había mas que hablar, decidimos que la mezcla de nuestro vino joven sería esta: un 70% aproximado de Tempranillo y el resto de Merlot. Fue un éxito y un modelo de vino joven: afrutado sin excentricidades, serio, largo, complejo pero muy fácil de beber. La acidez hace de el un vino fresco, fantástico para beber en verano y a la vez largo, con varios años de vida.
Es un vino en el que se aúnan frutas de bosque, ciruelas y cerezas con una boca suave y fina. Acompaña a los platos de “cada día”, es decir a los sencillos guisos de pollo y pavo, los embutidos, los cocidos, las patatas fritas. Tampoco nos asuste prepararnos con el nuestro famoso “tinto de verano” bien frío.